La Senda (2012)
Título: La Senda
Género: Terror
Año de estreno: 2012
Director: Miguel Ángel Toledo
Reparto: Gustavo Salmerón, Irene Visedo, Ricardo Trenor, Ariel Castro, Raquel Escribano, Javier Montó, Joan Prades
Sinopsis
Según el Libro Tibetano de los Muertos, el difunto se halla, durante 49 días, bajo la ilusión de que todavía posee un cuerpo de carne y hueso… ¿Y si el infierno estuviera en tu mente? RAÚL (35), en un intento desesperado por recuperar su matrimonio con ANA (30), le propone pasar las Navidades en una aislada cabaña en las montañas, junto al hijo de ambos, NICO (7). Aparece SAMUEL (29), un apuesto carpintero encargado de arreglar algunos desperfectos. Ana y Nico sienten simpatía por él, lo que despierta en Raúl unos celos enfermizos que creía superados. Intenta alejar al intruso pero descubre, con creciente ansiedad, que Ana y el carpintero se ven a solas y parecen compartir algún secreto. Decide invitar a Samuel a cenar en Nochebuena, buscando poner en evidencia su aventura, pero la cena se celebra sin conflicto. Esa noche, Raúl tiene una pesadilla donde ve a su familia asociada a un episodio sangriento. Despierta, aliviado, descubriendo que Ana era inocente y que sus furtivos encuentros se debían a un regalo con el que quería sorprenderlo. Raúl ve el momento propicio para reconciliarse. Ana acepta. Pero algo no funciona del todo: al repasar las fotos de esas vacaciones, Raúl observa que algunas revelan situaciones que no recuerda que hubieran sucedido. Su obsesión con Samuel retorna. Decide investigarlo y se acerca a merodear por su casa. Aparentemente, Samuel suelta a su perro en persecución de Raúl, quien, en defesa propia, acaba con el animal. El saldo es una mordedura en la pierna. Esa noche, Raúl cree ver el fantasma del animal rondando la casa. Raúl, confuso, comprueba que no tiene ninguna herida. La realidad comienza a desmoronarse a su alrededor, los miedos que lo invaden parecen cobrar forma física. Ante su extraño comportamiento, Ana decide irse, pues el reencuentro no ha funcionado. Raúl accede a despedirlos sin protestar, más preocupado por el misterio que lo envuelve, que por su relación sentimental.